Y ya casi amanece y siento mis
lágrimas correr por mi cara y son
como cuchillos cartoneros las
lágrimas cortándome la cara. Me
hiero y me desangro y mi sangre
está repartida por todas partes
como si me carnearan. Sobre todas
las cosas, en todas las cosas y yo
no puedo, no tengo corazón, no
tengo fuerzas, no tengo valentía.
No es nada ¿sabes?