Hay amores imposibles, personas que no van a conocerse nunca, personas con vidas tan distintas y tan dispares que es imposible que coincidan y que, en el improbable e inexplicable caso de que lo hagan, no se fijarán la una en la otra pues ni siquiera se ven. Existe la teoría de que a veces la luna elige a dos de esas personas, dos personas tan distintas como las estrellas lo son de las nubes que acarician el sol, y se enamoran. Es un amor que puede con todo, como tiene que ser, pues tendrá que enfrentarse a muchos obstáculos para sobrevivir. Y, si lo consigue, será un amor inigualable, de esos que inspiran poemas y que hacen que las personas más sensatas pierdan la cabeza, o que las más perdidas encuentren su rumbo. La luna elige a muy pocas de esas parejas tan improbables y tan mágicas, de hecho, hace años que no elige a ninguna, porque la última vez que eligió una fue cuando decidió que el arcoíris se casaría con la tormenta, y por todos es sabidos que ellos dos nunca han conseguido estar juntos.