El cielo sabe que ya tienes más de lo que puedes hacer. Y porque el cielo lo sabe, Jesús no viene con una lista de cosas para que hagas, sino con una lista de cosas que él ya ha hecho y que hará. ¿Tu muerte? Derrotada. ¿Tus pecados? Perdonados. ¿Tus temores? Él te dará valor. ¿Tus preguntas? Él te guiará.