Willson Barrientoscompartió una citahace 6 años
la belleza ante los ojos de Dios (y de ahí el disfrute) de un acto es la manifestación exterior de la belleza que mora en el interior, y la fealdad de un acto es la manifestación exterior de la fealdad que mora en el interior. Ya que Dios siempre considera el corazón (1 Samuel 16.7), él siempre ve nuestros actos externos de una manera distinta de la que los ven los hombres. Él los considera como una extensión de aquello que hay en el interior de la persona.
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