madres. Hemos conseguido un grado de libertad en nuestras vidas personales que ha sido ganado a pulso (y aún es amenazado). De manera gradual, penetramos los más altos niveles de fuerza laboral. Podemos ir a la universidad, practicar deportes y ser secretarias de Estado. Pero si miras a tu alrededor pensarías que lo único que todas queremos es quitarnos la ropa y sacudirlo.