Las zonas de silencio incrustadas en las canciones conocidas eran omitidas por los sujetos, pero los investigadores observaron que esas zonas «inducían una mayor activación de las zonas de asociación auditiva que las zonas de silencio incrustadas en canciones desconocidas; ocurría lo mismo en las zonas de silencio de las canciones con letra y sin letra»