No era sentimental, nunca necesité a alguien. No me dieron reglas pero yo aprendí a no depender de nadie, a ver la muerte y sufrirla sola.
Al cumplir los once conocí a esas personas que me ablandaron, pero como dijo alguien a quien no conozco: Nada es para siempre. Aunque algunas cosas sí. Psicólogos