–No me importa. Al contrario de lo que suele suceder con las primeras y las segundas esposas, no la odio. Fue mi única amiga en el castillo. Entiendo por qué se caso con el conde, y la compadezco. Pero no voy a ir. Ese sitio solo me trae malos recuerdos.
–Oye, que nací aquí. ¿No es eso un buen recuerdo?