van a encontrar con la mano izquierda firmemente posada en mis huevos. Quizá sea normal, quizá se sorprendan: no lo sé, no he visto mucha gente muerta. Me preocupa que no me preocupe –es una sensación nueva, intrigante– pero de verdad me da igual lo que piensen cuando vean que hasta último momento me aferré a mí, tan poca cosa.
Pero