La decadencia empieza allí donde lo sublime está ausente. Ya que, dice Sorel, la sociedad europea está hecha de tal modo que inicia el declive tan pronto como deja de superarse. Lo que lo lleva a identificar como nacido de un mismo fenómeno histórico el advenimiento del cientificismo, la muerte de lo sagrado y la desaparición de las aristocracias vinculadas al pueblo: “Lo sublime está muerto en la burguesía”.