Las ideas y pensamientos equivocados contienen en sí mismos un alto potencial dañino para nuestra salud financiera, debemos aprender, no solo a evitarlos y superarlos, sino también a destruirlos para invalidar absolutamente su negativa eficacia. Es necesario neutralizar las amenazas y dejarlas devastadas para que pierdan toda su fuerza, es necesario destruirlas y no coquetear con ellas.