Los cuentos de Mariana Enríquez me sorprendieron hasta cierto punto. Todos llevaban a un clímax tenso, donde pensaba que algo más iba a suceder y al final, no sucedía nada. Así pasé las páginas, esperando que uno de verdad me estremeciera. Eso sucedió solamente con El patio del vecino. El libro valió la pena por ese relato.