Nítidas imágenes de la batalla; balas zumbando, explosiones de granadas, sabor a sangre seca y hierro duro en la boca.
Esa conexión entre el amor y la muerte, la vida y el odio. Ernest nos muestra una España luchando contra sí misma, en un conflicto donde se mata maquinalmente puede surgir algo que nos haga lamentar tener que morir por una convicción.