No resulta tan íntimo como el primero. Ni la incertidumbre es tan marcada. Sin entrar en detalles es obvia la razón para esto. Tiene un gustito a distopía juvenil. No lo digo de mala manera en todo caso. El libro resulta entretenido. Es sencillo. Y es la respuesta esperanzadora que muchos esperaban del primero, y aunque no consiga la misma calidad, no está mal.