Tenía una especie de bloqueo lector y este libro vino y me abrió no solamente las ganas de leer sino también los ojos y el corazón.
La historia de Gianna y su realidad en la cual las mujeres no pueden decir más de 100 palabras al día me conmovió de muchas maneras: la opresión y la normalización de ese horror.
Afortunadamente tiene un final esperanzador aunque no completamente feliz. De