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Editorial Periférica

Editorial Periférica
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Periférica es una editorial independiente que se define por su continua y arriesgada apuesta por autores y obras que, desoyendo las leyes del mercado y de las modas, resultan indispensables para la comprensión crítica del presente.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 4 días
    El arte puede ser algo alentador, una inspiración, un detonante; puede hacernos reír y, calando hondo en nosotros, puede hacernos ver el mundo desde otra perspectiva. Para Valérie Mréjen es, además, junto con la escritura, su modo de vida desde que se graduara en una prestigiosa Facultad de Bellas Artes a las afueras de París.
    En este recorrido circular por esa parte de su vida, Mréjen, la joven artista, deberá superar las pruebas de acceso a la escuela entre multitud de aspirantes, resistir frente a las reticencias de su entorno familiar –que prefiere que estudie algo que tenga salidas–, aprender a convivir con otros artistas, tratar de no copiar lo que le gusta, apañárselas para participar en algunas exposiciones, tener el don de la oportunidad y no caer en el desánimo. También habrá de lidiar con las frivolidades y los lugares comunes del mundillo del arte.
    Una divertida novela de aprendizaje, relato íntimo de una vocación y cuaderno de bitácora de sus descubrimientos artísticos, en la que Valérie Mréjen rinde homenaje a sus artistas favoritos y da cuenta de sus años de estudiante, algo que hace con su acostumbrado ojo clínico y con una prosa cortada al bisturí en la que lo caricaturesco y lo humorístico están impregnados de ternura y empatía por esos jóvenes, aspirantes a maestros en el arte de la vida, que todos hemos sido alguna vez.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 4 días
    En el siglo XIII muchos entendieron que se iniciaba una nueva era para la humanidad: el llamado tiempo de los lirios, un tiempo nuevo, lleno de paz y justicia, con una Iglesia renovada y un mundo organizado en pequeñas comunidades contemplativas. Esa creencia estaba auspiciada por, entre otras cosas, las enseñanzas y el ejemplo de Francisco de Asís, quien, según descubre el autor al llegar a la región italiana de la Umbría, sigue muy ligado a sus paisajes, sus ciudades o su arte. A medida que recorre la comarca –que destaca por su sobriedad: pueblos medievales, mucha piedra y amplios valles, todo envuelto en un refinado halo místico–, nuestro viajero se entrega a la contemplación de frescos y a desen­trañar los misterios del santo de Asís a través de la huella que el fraile y la propia región dejaron en la obra de artistas de todas las épocas, desde los pintores del primer Renacimiento –en especial el enigmático Giovanni di Pietro, Lo Spagna— hasta autores como Goethe, Montaigne, lord Byron, Hermann Hesse, Simone Weil, Chesterton, Saramago, Franz Liszt o Pasolini. Emparentado con los cínicos e inspiración para los movimientos utópicos de todo tiempo y lugar, aquel joven e iluminado Francisco despreciaba el dinero y practicaba la pobreza voluntaria y la predicación para advertir a una sociedad y a una Iglesia contaminadas por el afán de riquezas, así como para encontrar el viejo y casi olvidado camino de la sabiduría o de la salvación. Como si hubiera vislumbrado y comprendido el futuro, se opuso con determinación al imparable curso económico y moral de la Historia, de ahí que sea una figura constantemente revisitada.
    Tirando de diversos hilos, con un estilo ameno y una prosa nítida y elegante, Valero capta el encanto de una región fértil e inquieta, en el plano espiritual y en el artístico, a la que tanto debe la cultura europea.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricael mes pasado
    He aquí el fascinante libro de un escritor sin obra, de un poeta boxeador, o de un boxeador poeta, que a los 31 años zarpó en un barco y nunca se lo volvió a ver. Las cartas de amor de un personaje mítico en una época también mítica. Las cartas de Arthur Cravan, «héroe del siglo XX», como lo llamara André Breton, a Mina Loy, poeta y pintora.
    Ambos apellidos, Cravan y Loy, eran seudónimos: los dos personajes quisieron inventar parte de sus vidas. Los dos vivieron en el París de las vanguardias, los dos mezclaron el gran arte con cierto desorden en el vivir, quizá porque, más allá de la creación artística, entendieron la modernidad como un nuevo arte de vivir.
    Las cartas de este volumen narran viajes y separaciones, fantasías y desencuentros. Cravan se muestra unas veces depresivo; otras, exultante de amor. Escribe sin parar a su amada, en ocasiones incluso tres cartas al día. Cartas completas, cartas interrumpidas, tarjetas postales… Hasta su misteriosa desaparición en el golfo de México.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 2 meses
    La presencia de la muerte es habitual en toda la narrativa de Mréjen, pues ella misma (como ya recordó en alguna novela anterior) perdió a su madre siendo adolescente. Muchos años más tarde, la autora se pregunta cómo sería un imposible reencuentro entre las dos.
    La voz de la narradora se identifica en el texto como «la hermana mayor», «la niña de siete años y medio», «la mujer de cuarenta y dos», etcétera, y fantasea con la idea de pasear por París con ella, de vuelta a la vida, y de cómo podrían retomar su relación, interrumpida tan tempranamente.
    Las muertes que aparecen en esta novela son casos que Mréjen conoció de primera mano o que alguien le contó. En la primera página, por ejemplo, aparece el escritor, artista y fotógrafo Édouard Levé, quien poco antes de su muerte entregó a su editor su último libro, Suicidio. Con una frialdad que apenas oculta la intensidad de lo no dicho, la narradora se detiene en los detalles sin importancia aparente porque de una manera extraña son éstos los que quedan grabados en la mente en esos momentos de shock emocional.
    El ambiguo y sugerente título de la novela, Selva Negra, designa tanto la región del sur de Alemania como el pastel de chocolate, nata y guindas. Pero hay más: en Japón, donde Mréjen ha trabajado como videoartista, como cineasta, existe un famoso bosque llamado Aokigahara o Mar negro de árboles. Es un lugar denso e impenetrable en el que, según la tradición, habitan los fantasmas. En 1960, el escritor japonés Seicho Matsumoto situó allí el suicidio del protagonista de su novela Kuroi Jukai (Selva negra): a partir de ese momento se convirtió en un lugar mítico, al que acuden decenas de japoneses cada año para suicidarse. Un bosque negro donde es difícil encontrar a los desaparecidos a los fantasmas, como diría la propia Mréjen.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 2 meses
    Eau Sauvage se presenta bajo la forma de un «diálogo» con cierto toque humorístico para convertirse, poco a poco, en un monólogo casi dramático. Un padre invasor, preocupado hasta la angustia por la felicidad de su hija, alterna los excesos de atención con los reproches, de una manera tan torpe como, finalmente, conmovedora.
    Valérie Mréjen demuestra de nuevo en esta novela su apabullante virtuosismo para captar los clichés del lenguaje familiar, sus ritmos y sus matices de tono; y una soberbia capacidad para sacar punta a los detalles de la vida diaria. Baña la novela, además, un desapego tan sólo aparente, bajo el cual se adivina la emoción, que es apenas, sin embargo, un rastro sutil: como ese perfume que da título al libro y, provocando un ejercicio de memoria olfativa, nos hace pensar también en nuestro propio padre y en la colonia que usaba.
    Escrito en estado de gracia, Eau Sauvage trata con aparente ligereza, con ese humor tan suyo, el gran tema que se adivina bajo todas las novelas de Mréjen: la dificultad del diálogo. Y dibuja, de través, el ajustado retrato de toda una generación de hijas e hijos.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 2 meses
    Antes de la invención de la fotografía y de las grabaciones sonoras, a los vivos no les quedaban de quien moría sino unos pocos objetos que lo habían acompañado; su olor impregnado en la ropa; la letra, si la persona sabía escribir; retratos pintados, para quienes podían permitírselos, o mechones de pelo.
    La voz es una extensión del cuerpo y la única parte que no puede enterrarse: la voz permanece intacta y altera el sentido del tiempo, pues está condenada a quedarse en un presente eterno. «El mensaje de este libro, o más bien la moraleja que se extrae de su lectura, es únicamente éste: graba la voz de tus seres queridos», nos dice Ryoko Sekiguchi al inicio de esta obra singularmente emotiva y delicada en la que la autora de Nagori vuelve a demostrar una especial lucidez para describir y catalogar las experiencias más íntimas y trascendentales del ser humano.
    Compuesto de breves fragmentos, este inclasificable libro es una historia de la voz de quienes se han ido y de cómo continúa afectando a quienes aún viven. Una exploración original y bellísima sobre la memoria, la desaparición y la huella que dejamos en el mundo.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 4 meses
    El título de esta subyugante y demoledora novela nace de un enigmático verso del poeta César Vallejo y anticipa, de algún modo, la historia de una pasión (de un fuego) nacida bajo el signo del fracaso, además de esa otra historia, más allá del umbral de la muerte, de un proyecto revolucionario de izquierda derrotado.
    Los protagonistas, una mujer (que relata para nosotros) y su compañero, parecen instalados en un tiempo que ya no es su tiempo, el nuevo siglo, el nuevo milenio y, desde él, revisan la futilidad de su aventura y la muerte de su hijo. Todo ello en el espacio reducido de una habitación que es un mundo con un orden, diríamos, propio y casi fantasmal: el espacio adecuado quizá para hablar de decadencia de las ideologías y de los cuerpos.
    Gracias a una prosa que no teme a la convulsa belleza que André Breton reclamaba, Diamela Eltit arma un relato de una efectividad impresionante: una suerte de obituario definitivo para una experiencia compartida, un fracaso en el que cohabitó toda una generación que creyó en un proyecto social y revolucionario luego frustrado.
    La lectura de Jamás el fuego nunca supondrá, para cualquier lector, una experiencia literaria de primer orden.
    «Pertenezco al conjunto de escritores chilenos que vivió en el país durante toda la dictadura de Pinochet y como una acción de salvataje cultural constituimos el “inxilio” o exilio interior. A lo largo de los años —más de 30— pasamos desde la violencia como situación cotidiana a la violencia del mercado producida por un neoliberalismo verdaderamente intensificado. (…) Aunque no ha sido simple ni, menos, fácil, se escribe. Y eso es importante o apasionante o estimulante. Se escribe porque sí o porque no. No importa. La letra fluye entre los enconos o los rencores o los amores y, fundamentalmente, a través de los pliegues y repliegues de la imperfecta e incesante historia.»
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 4 meses
    Este libro inventa una hipótesis: ¿qué sucedió durante el año y medio en que Benito Juárez, quien acabaría siendo el primer presidente indígena de México, vivió desterrado en Nueva Orleans? Es en ese «hueco marcado por el punto y aparte» en la autobiografía de Juárez donde comienza la narración. Acompañado por un pequeño grupo de exiliados políticos, Juárez desembarca en 1853 en esa ciudad hedionda que, situada a orillas de un pantano, los absorbe como una esponja. En ella se rinden al lodo, a las flores de jazmín, a la música, a la extrañeza del idioma y al insoportable verano, pero, sobre todo, se dan de bruces con la descarnada realidad del comercio de seres humanos, un mercado que nunca se detiene. Descubrirán que Nueva Orleans es una colmena de identidades heterogéneas donde se venden mujeres apresadas por las calles y donde el capitalismo muestra su pulsión primitiva, la más esperpéntica.
    La estación del pantano muestra ese tiempo detenido e incierto que precede siempre a la acción de unos cuantos audaces para tratar de invertir el orden establecido. Y lo hace con la libertad arrolladora y la transgresión que caracterizan la escritura de Herrera, gracias a la cual consigue que nuestra lengua suene como una lengua liberada del diccionario que decide salir a dar un paseo.
    Yuri Herrera bucea esta vez en la Historia para ofrecernos una novela magistral que, con una gran potencia fabuladora al tiempo que firmemente asentada en la investigación archivística, logra dar con una clave secreta de un presente a la intemperie.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 4 meses
    En esta nueva novela, Diamela Eltit se muestra tan infatigable como siempre y más aguda que nunca para retratar los desmanes de un sistema decrépito y fallido: aquel en el que a sus eslabones más débiles se les niega la posibilidad de tener un sitio digno donde vivir.
    Una pequeña comunidad obrera de una ciudad sin nombre, ciudad que podría ser cualquiera de las que proliferan en el siglo XXI, aguarda la intervención inminente de la Compañía para llevar a cabo la Deportación en mitad de la noche, es decir: el desalojo forzado de una veintena de casas levantadas en unos terrenos que serán muy valiosos cuando se expulse a los vecinos –«cuerpos que son una falla inadmisible» del espacio que habitan— y desaparezcan las viviendas.
    Pero la noche, cómplice necesaria para acometer el desa­hu­cio, es el medio natural de la Búha, una majestuosa guardiana que, encaramada a la rama de un baobab, vela por los destinos de esas gentes: vigila incesante porque se ha propuesto detener la entrada de los camiones e inventar algún ardid para disuadirlos de su misión.
    A través de la narración de la Búha, asistimos al desfile de una serie de personajes que harán frente común para defender el vecindario, la Cuadra, que se erige casi en un personaje más de esta historia. Una fábula de resonancias bíblicas en la que los acontecimientos narrados, lejos de afianzar la fe en dios, confirman que éste hace mucho que se desentendió de los desasistidos del mundo.
    Eltit, punzante y visionaria, irónica, plebeya, empática y magistral, no olvida la dimensión poética de sus criaturas y nos brinda una novela plagada de imágenes poderosas y certeras, verdaderos asideros a la hora de reflexionar sobre si el implacable mundo de nuestro presente es el mundo en el que queremos vivir.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 5 meses
    ¿Cuál es la distancia que separa una obra de arte valiosa de la que no lo es? ¿Acaso es una mera cuestión de gusto, de bagaje, de canon, de accesibilidad, de marketing? Juan Cárdenas aventura en este libro una teoría: «Todo gran arte trae consigo la marca de la ligereza». No es tan fácil distinguir lo ligero de lo pesado, pero hay algo que está claro: la fuente primordial de la ligereza es el placer. El arte da placer no porque imite a la vida, sino porque es capaz de traducir sus leyes secretas al lenguaje de las formas sensibles. Y la vida es ligera, fugaz, esquiva, grácil, vulnerable y resistente de un modo inexplicable.
    En su afán por desentrañar este concepto, el autor nos lleva de la mano por una serie de cuestiones esenciales para reflexionar sobre lo que hoy consideramos digno de admiración, ya sean las modas, lo militante, las inercias del mercado, la posibilidad de la utopía o el lado oscuro de uno de los mantras de la sensibilidad contemporánea: la búsqueda de la autenticidad. Un recorrido original que acaba por ser, además, una manera de esclarecer los mecanismos de su propia escritura.
    La precisión y la afabilidad de su prosa, la plasticidad de sus ideas y su deslumbrante capacidad para exponerlas de una forma tan sencilla como profunda hacen de La ligereza un ensayo estimulante y fértil, una grieta luminosa en el imperturbable territorio de lo mayoritario.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 5 meses
    Asmodeo, un demonio milenario de poderes menguantes, abandona el cuerpo del rockero cuarentón en el que lleva décadas viviendo para buscar uno más joven. En ese accidentado periplo, que lleva al malogrado Asmodeo a rebotar de un huésped a otro, se va armando una compleja trama que nos sumerge en el abigarrado territorio emocional del Santo Domingo de 1992: desde la escena del heavy metal local hasta la casa de un extorturador al servicio de la dictadura de Balaguer.
    Las  infernales vidas de los humanos se enredan así con las disparatadas maquinaciones de ángeles y demonios en esta crónica alucinada de un pedazo de la historia dominicana. Comedia armada a partir de una madeja de tragedias, ópera metal en exquisitas décimas, Asmodeo suena a Héctor Lavoe y a Black Sabbath, pero también a picaresca y a Siglo de Oro. Quevediana y calderoniana hasta la médula, esta novela demuestra que el diablo cojuelo fijó su residencia en el Caribe.
    Con un estilo único en el que los gestos más radicales conviven con un sereno clasicismo, Asmodeo confirma que Rita Indiana es una de las autoras fundamentales de la literatura latinoamericana contemporánea.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 5 meses
    Aparecido en 1977, después de ser rechazado por la censura debido a sus «tendencias antisociales», Las cuatro estaciones fue el primer libro de relatos de la prestigiosa autora rumana Ana Blandiana, de quien ya publicamos en Periférica el también extraordinario Proyectos de pasado. Como éste, Las cuatro estaciones se inscribe en la nutrida tradición fantástica de la literatura de su país, a la vez que dialoga con otras tradiciones, de Poe a Kafka.
    Blandiana se sirve de lo fantástico para denunciar, de manera encubierta, la dimensión grotesca de la existencia en un estado totalitario; es decir, estos cuatro relatos pertenecen tanto a la literatura fantástica como a la literatura de testimonio: la narrativa de Blandiana combina el tono confesional de un diario realista con las incursiones de una imaginación visionaria.
    Si la parábola de «La capilla con mariposas» denuncia los efectos de una fascinación utópica que falsifica los valores espirituales, «Queridos espantapájaros» es una inocente súplica que incita a la insurrección de la conciencia, dirigida a todos aquellos que están al servicio de las fuerzas dictatoriales. A su vez, «La ciudad derretida» refleja la visión apocalíptica de un mundo ardiente y «Recuerdos de infancia», por último, dibuja la crónica sutil de una época: la quema de libros emprendida por el padre de la narradora evoca la represión comunista durante los años cincuenta.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 6 meses
    Charley Moon es un muchacho dulce, despreocupado y bromista. Vive con su padre en un viejo molino que se cae a pedazos en los humedales de Little Summerford, una aldea situada en un remoto recodo del Támesis, en la campiña inglesa. Generación tras generación, los Moon se han ocupado del molino, que, sin duda, ha vivido tiempos mejores: en los primeros años del siglo XX la agricultura inglesa está pasando por una mala racha y muchos negocios agrícolas están al borde de la ruina. Charley, que sufre el peso de sus raíces, siente poco apego por las vicisitudes de la granja y mucho por el paisaje: su ocupación favorita es perderse en los prados y hacer expediciones por las acequias con su amiga Rose. Para ambos, la vega del viejo molino es un paraíso encantado en el que pescar truchas o seguir el vívido destello de un martín pescador volando a ras del agua del arroyo.
    Andando el tiempo, Charley se alista en el Ejército e integra el grupo de soldados que prepara la función de Navidad: ese contacto con la escena le abre una puerta inesperada al mundo de la actuación. Charley, con su natural gracia y su don para la música, posee una habilidad única para provocar al mismo tiempo risas y lágrimas en los espectadores. Un buen día, un empresario de teatro descubre su talento y lo catapulta al éxito en las tablas del West End londinense.
    Años después, su gloria se desvanece sin que nadie sepa ni cómo ni cuándo. Por suerte, Charley es uno de esos tipos que saben que lo mejor siempre surge cuando uno se aproxima a la vida sin ningún proyecto ni deseo determinados, sólo para ver qué pasa, una alegría de vivir que hace que surja del mundo algo de futuro. Muchos en Little Summerford se preguntan qué habrá sido de aquel chico expansivo y risueño, y si algún día volverá para retomar las cosas donde las dejó.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 7 meses
    ¿Existe acaso algo que guste más a los que aman que hablar del amor? Examinarlo, recordarlo minuciosamente, observarlo y analizarlo. Hacia el pasado: ¿qué dijimos?, ¿qué pensábamos?, ¿qué queríamos?, y hacia el futuro: ¿dónde estaremos?, ¿nos amaremos todavía? Hablar del amor y reconstruirlo, tras la muerte del amado, tras la pérdida, para que no se pierda ningún detalle, para convencernos de haberlo vivido, de estar viviéndolo, para que no se olvide ninguna palabra dicha, y para que toda esa ceremonia lo rescate y salve de entre todos los demás amores del mundo y de entre todas las demás palabras de amor, que son únicas y, aun así, siempre las mismas.
    En los correos electrónicos que se envían los amantes de  esta arriesgada novela (a veces transmutada en ensayo, y que exige al lector una atención y una complicidad muy especiales), la seducción se mezcla con  cierta suerte de telepatía y los hallazgos mutuos revelan un conocimiento  antiguo del otro.
    Los amantes están separados por un océano gigantesco, que salva, a pesar de la grieta profunda que todo exilio abre, la intimidad del  género epistolar, en el que dos voces casi inaudibles, dos voces escritas, se  entienden por el movimiento de los labios, esa coloreada carne fronteriza no sólo entre el interior y el exterior de nuestro propio cuerpo, sino entre un cuerpo y otro, carne que tiembla de deseo y vocaliza el anhelo del reencuentro.
    «Todo en este libro», nos dice su autora, como respondiendo a una de las preguntas esenciales que late bajo el texto, «es epitafio». Una primera novela en la que los silencios significan tanto como los excesos de  amor y lenguaje de los amantes que la «protagonizan»
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 7 meses
    Al acabar la Segunda Guerra Mundial, millones de alemanes fueron expulsados de Prusia Oriental (entre otras zonas de Europa) y desplazados a Alemania sin posibilidad de regresar. Dado que al principio de la contienda el régimen nazi había utilizado la excusa de las minorías para su política expansionista, los gobiernos de posguerra juzgaron que trasladar a esas minorías era la única manera de evitar futuros conflictos. Pero aquellos que se dieron en llamar territorios recuperados, y que se repartieron Polonia y la entonces Unión Soviética, llevaban siglos habitados por población alemana. El traslado de estas personas fue brutal: a pie en los primeros meses; en trenes de mercancías y transporte de ganado después. Sufrieron inanición, agotamiento, frío extremo y un vandalismo que los despojaba de sus poquísimas pertenencias. Una periodista de la época afirmó que fue «la decisión más inhumana que tomaron nunca unos gobiernos dedicados, en teoría, a la defensa de los derechos humanos».
    El protagonista de esta novela, que tenía trece años cuando se produjo el gran desalojo, es uno de esos desplazados. La guerra lo ha dejado sin familia –sólo sobrevive uno de sus hermanos— y sin país. Únicamente conserva cuatro fotografías. Al cabo de cincuenta años decide recorrer con su esposa los escenarios de su niñez.
    A pesar de que los nuevos moradores de su tierra natal se esforzaron por borrar toda huella de sus existencias erradicando sus comunidades, su cultura y su lengua, Jürgen Ramm tiene la esperanza de reencontrarse al menos con el mar, los prados o los bosques, pues «las aves migratorias siempre regresan y los árboles pueden llegar a hacerse viejos. Los árboles no huyen», aunque lo que verdaderamente desearía es encontrar las piezas que deberían encajar en los vacíos que se abren cuando piensa en el pasado. En esa travesía –geográfica, sensorial y memorialística— cada nuevo hallazgo sobre su familia despierta en él sentimientos encontrados que a su vez le generan nuevas incógnitas imposibles de esclarecer. Una envolvente novela, asentada en una meticulosa documentación, sobre la memoria alemana de la guerra.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 7 meses
    Durante la Ocupación, dos veces a la semana un hombre realiza el mismo trayecto en autobús atravesando un desabrido paisaje. En sus repetidos viajes, en medio de una espesura propia de una pesadilla, vislumbra una casa en la que todo emana decrepitud y abandono. Intrigado, el narrador siente la imperiosa necesidad de disipar la bruma del «hechizo de ese bosque sin alegría» y una plomiza tarde de noviembre se decide a visitar la mansión. En su caminar por esa tierra baldía, todo adquiere una dimensión fantástica que confiere al protagonista los atributos de un Perceval moderno en busca de un grial apenas imaginado.
    En este relato, inédito hasta ahora y quintaesencia de la ficción gracquiana, el autor, con su gran sentido para crear suspense y expectación, disecciona uno de los temas principales de su obra narrativa, la espera y, en última instancia, la transformación de la curiosidad en puro deseo sensual. Un texto en el que resuenan los ecos oníricos de La orilla de las Sirtes y En el castillo de Argol, y en el que se deja ver el influjo de la literatura medieval y de Edgar Allan Poe.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 8 meses
    Kat ha viajado con su hija adolescente a Lutrá, en Grecia, donde deberá tomar una decisión. Lutrá –«baños» en griego— es el pueblo de su padre, que acaba de morir. Las piscinas naturales que se forman bajo seis pequeñas cascadas trazan el perímetro de la localidad. Se dice que sus aguas tienen propiedades curativas, y Kat se sumerge en ellas con la esperanza de que también tengan efectos beneficiosos sobre su atribulado corazón. A su regreso habrá de saber qué hacer con su matrimonio, que contrajo siendo muy joven y se ha ido deteriorando: ya no es cosa de dos. Con el fin de llegar a una resolución, sigue el hilo de su existencia mientras nada treinta y nueve largos, uno por cada año de su vida. Necesita un procedimiento racional, científico: si puede discernir el momento en que se acabó su matrimonio, alguna escena, un punto definido del fin, sabrá qué determinación tomar. Conforme avanza por unas aguas viscosas que le oponen tanta resistencia como el recorrido por sus desordenadas emociones, el texto acaba por fundirse con el ritmo de su respiración: las ideas se amontonan, se interrumpen, brotan como fogonazos, sensuales y corpóreas, estimulantes. Brazada tras brazada, la narradora va construyendo su discurso amoroso, compuesto de un léxico propio –si acaso el rasgo más caracterizador de cualquier vínculo afectivo— que desmenuza y examina hasta la obsesión. Sus pensamientos rondan también los vaivenes del deseo, la culpabilidad, las renuncias que impone la maternidad temprana o el juego de percepciones equívocas que termina estableciéndose en cualquier relación de largo recorrido.
    La tensión de la escritura, la sutileza de sus reflexiones y su belleza esencial hacen de esta breve novela una lectura hipnótica y liberadora.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 9 meses
    Roma, víspera del 16 de octubre de 1943. Alertado de los planes de las SS de llevar a cabo una redada de judíos a la mañana siguiente, monseñor F. envía al profesor alemán K. al Palazzo Odescalchi. Su misión: trasladar urgentemente a Ludwig Pollak y a su familia al Vaticano para salvarlos de una deportación que finalmente conduciría a más de mil judíos romanos a la muerte en Auschwitz. Sin embargo, Pollak (1868–1943), en vez de apresurarse a huir, decide contar su historia: sus estudios de Arqueología en Praga, su pasión por Italia y Goethe; su amistad con Strauss, Mahler o Rodin; cómo se convirtió –pese a que su condición de judío truncara su carrera académica— en un reputado anticuario y en asesor de grandes coleccionistas, entre ellos J. P. Morgan o el emperador austrohúngaro, y, por último, su espectacular hallazgo del brazo faltante de la majestuosa escultura antigua Laocoonte y sus hijos, un descubrimiento que revolucionó la interpretación tradicional, y más consoladora, del grupo escultórico helenístico al ofrecer otra políticamente incómoda. Pollak revela ser alguien dotado para diferenciar lo auténtico de lo falso, un virtuoso de la mirada.
    Hans von Trotha entreteje con audacia los destinos del erudito judío y del sumo sacerdote troyano Laocoonte, que recibió el castigo de los dioses por comprender el peligro que ocultaba el regalo del famoso caballo.
    El brazo de Pollak es una novela sobresaliente que nos muestra los oscuros intersticios entre la civilización y la barbarie gracias a un personaje real, Ludwig Pollak, que dedicó su vida al arte, a un ideal de belleza eterna y que decidió no rendirse a los horrores de la sinrazón humana.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 9 meses
    Las señoritas son jóvenes, o así es como se sienten ellas, niñas y antiguas reinas a la vez, si bien cada vez son más las señales que traslucen sus renuncias. Son hijas de buena familia en ambientes claustrofóbicos en los que las identidades y los destinos vienen dados por el nacimiento, ajenos a la voluntad de las personas. Sus amores se sueñan a solas o se parecen a una amistad desigual. Son las niñas de la guerra y de la inmediata posguerra, universitarias cuando pocas mujeres pueden serlo. Se han adelantado a su época, a un tiempo estancado que se resiste a avanzar, anquilosado por la fuerza de la costumbre. Por eso cada vez se vuelcan más en un presente de gestos mínimos y luminosos, a la espera de su oportunidad. Las señoritas son Charo, procaz y con el cabello a lo chico. Y Mila, que lidia con la violencia de su marido. Son las hermanas de Dedi: la autoritaria Mercedes y la gaseosa Emi. La señorita es, sobre todo, Dedi, quien, con una lucidez y una bondad que los demás confunden con la insignificancia, es la más dispuesta a subvertir ese mundo inalterable y endogámico. Asistimos a los momentos clave de su existencia: una vida tan común y única como cualquier otra.
    Enrique Andrés Ruiz ha escrito una novela bellísima, un ejemplo magistral de cómo se plasma la vida en la literatura: un tejido coral de tramas pequeñas, íntimas y reveladoras. Merced a su talento para reflejar el alma de sus personajes a través de un lenguaje de rara sensorialidad que transmite la textura de las palabras, logra dotar de épica a unas vidas sencillas. A la manera de las obras de Joseph Roth o Cesare Pavese, Las señoritas es la gran novela de una época ya desaparecida. Un clásico de hoy.
    Editorial Periféricaagregó un libro a la estanteríaEditorial Periféricahace 10 meses
    Paulina Tuchschneider presta su voz a la tragicómica (anti)heroína de esta novela para dar cuenta –con una franqueza pasmosa en la que se entreveran la ironía, el humor, lo escatológico y lo sórdido— de su traumático paso por el Ejército de Israel mientras cumplía el servicio militar, obligatorio para mujeres y hombres en ese país.
    De fondo, el sordo rumor de la contienda del Líbano de 2006, en la que Israel luchó contra Hezbolá, su enemigo declarado. En primer plano, un enemigo no declarado, y por ello más insidioso y letal, menos reconocible porque viene del bando propio. Un fuego amigo, en definitiva, que se transfigura en los desmanes de los superiores y en las tropelías de los iguales, con los consiguientes, e incesantes, ataques de ansiedad de la protagonista, exacerbados por el tedio de las rutinas, las guardias y los hedores de todo tipo: desde la transpiración en los dormitorios hasta la fritanga durante los turnos de cocina. Pero, en medio de ese ambiente opresivo y hostil en el que la humillación y el escarnio, en todas sus formas posibles, son moneda corriente, la peor degradación es la falta de intimidad, y, en última instancia, la supresión de la individualidad. En La soldada, un libro irreverente, antibelicista, desprovisto de cualquier ensalzamiento patriótico, se aborda la cuestión de la salud mental de aquellos sobre quienes de continuo se cierne la amenaza de una guerra inminente. Un novedoso enfoque que le ha valido a su autora los elogios de la crítica israelí.
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