El escritor profesional se muestra en redes, opina sobre los temas de su tiempo, declara en contra de las injusticias pero nunca pone en jaque la raíz del problema, la crítica es vacía y calculada. Lo suficiente para evitar que lo acusen de superficial cuando postea su selfie. Es joven, bueno no tanto, lo justo para mostrar que rompe con la tradición. No lee, no tiene tiempo para esas cosas, no recomienda a sus contemporáneos. Seamos positivos, tiene agente.