Orfa Alarcón

Perra brava

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En el Monterrey de los narcos, el reggaetón y el hip hop, ella es una joven universitaria más pero también una reina entre las de su clase, la novia de un jefe de sicarios del narcotráfico, al que sirve como su esclava. Fernanda le profesa a Julio un amor incondicional que no es sólo sumiso sino también miserable y babeante, tan violento como el trato que él le propina y tan inquebrantable como el terror con que ella vive. Con un ritmo vertiginoso, Perra brava es una novela furiosa y cruenta que a velocidad sorprendente cuenta de manera rigurosa una historia tan increíble como familiar porque, pese a que no hay mujer más vigilada que esta reinita de los sicarios, Fernanda vive en el miedo: a la sangre, a su padre, al mundo exterior y a su propio futuro. Una muchacha normal no pide más que, si no se ha muerto su padre, suceda pronto y de manera trágica, horrenda y asquerosa, para que sea noticia y así enterarse a través de los noticieros; que nunca su hermana aparezca destazada; que a nadie se le ocurra violar a su sobrina; que su hombre no termine con el cráneo perforado cualquier día de estos; que la policía no vuelva a arrojarle en el regazo la cabeza de un muerto…
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154 páginas impresas

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Citas

  • Liah Annhcompartió una citahace 2 años
    Julio se arrodilló.
    Julio, perro carnicero, abrió el estuchito que le había entregado el Yeyo y sacó un diamante tan grande como yo nunca había visto, no en persona. Lo tomó y me preguntó lo mismo, aquello cuya respuesta no le importaba.
    —¿Quieres casarte conmigo?
    —Julio, yo…
    No le dije más, él ya me había puesto el anillo de compromiso y, emocionado, me pedía salir para que viera una yegua blanca, que según él, estaba rechula.
  • Liah Annhcompartió una citahace 2 años
    Pero si es un regalo…
    —¡Yo te voy a decir qué quiero que me regales y qué no! ¡Y si esto sigue así, tampoco quiero casarme!
    Metí el vestido en su caja y lo eché en la camioneta. Arranqué de volón y salí, de nuevo, para Escobedo. No me mortifiqué tratando de despistar a los Cabrones, porque como quiera, fácilmente adivinarían que iba para la casa de Dante. Cuando llegué, Dantín andaba en casa de su vecina, pero me vio y se salió para encontrarme.
  • Liah Annhcompartió una citahace 2 años
    Que le habían sacado los ojos. La cabeza había sido desprendida del cuerpo y no de tajo, sino mostrando grandes signos de violencia. La piel de la cara mostraba señales de tortura. El cuero cabelludo había sido arrancado en algunas partes. Una cortada que iniciaba en la oreja y terminaba en la comisura de los labios rebanaba en dos su mejilla, como si le hubiera salido otra boca. La cabeza fue dejada como mensaje frente a la PFP, el cuerpo aún no se encontraba.
    Fue reconocido por la dentadura: el comandante Ramiro Silva se había vuelto famoso de la noche a la mañana. Amanecía y la ciudad desayunaba teniendo enfrente huevos estrellados, salsa catsup y unas cavidades vacías de ojos mirándola fijamente.
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