En el cine clásico norteamericano, el artificio está acentuado en la fotografía y en las interpretaciones. En el cine moderno europeo, el artificio viene del lado del lenguaje. En el cine clásico, el lenguaje es, y debe ser, transparente; las interpretaciones son, y deben ser, enfáticas. El espectador del cine clásico disfruta con la transparencia del lenguaje y con el énfasis de las interpretaciones. El espectador del cine norteamericano disfruta viendo a las estrellas de Hollywood actuar. En el cine moderno ocurre lo inverso. En el cine moderno, las interpretaciones son transparentes —no se nota o no se debe notar que el actor está actuando— mientras que el lenguaje no lo es. En el cine moderno, el actor debe desaparecer como tal para ponerse al servicio de la forma fílmica. Tanto el cine clásico como el cine moderno recurren al artificio: artificio de la interpretación, artificio de la forma. En el cine clásico, el actor es el fin. Se acude al cine a ver al actor. En el cine moderno, el lenguaje es el fin. Se acude al cine a ver un lenguaje.