Sobre un fondo de agua

I.E.S. Blanquerna, curso 1999–2000. A los dos meses del inicio de las clases, coincidiendo con una arremetida de las lluvias de otoño, una voz pirata se superpone a la frecuencia en la que transmite la emisora de radio del instituto e inaugura una serie de emisiones provocadoras que únicamente concluirán con el solsticio de verano, sembrando el desconcierto en la comarca. La policía y el juzgado tomarán cartas en el asunto. Mientras tanto, a través de estas soflamas cuidadosamente programadas en las que todos creen verse reflejados, el Fantasma de la Radio se convierte en una presencia que gravita sobre la vida de la comunidad educativa, sin que nadie consiga identificarlo.
Manuel Danvila Alemany, un maduro profesor de Lenguas Clásicas que se recupera de una enfermedad -melómano, mitólogo, despistado y obsesionado con las máscaras y las posibilidades de una paideia contemporánea-, describe en este extraño relato (cuyo título apócrifo es Sobre un fondo de agua) los avatares de ese curso académico y traza su propia radiografía espiritual. Dirigido a un destinatario cuya personalidad se irá parcialmente desvelando, y gracias a diversos procedimientos y tonalidades, el hilo del narrador se va transformando en una madeja cada vez más totalizadora: de las clases de un instituto de bachillerato al Orfeo de Marc Chagall de 1913, la Sinfonía Titán de Gustav Mahler, el mito de Fausto o el sentido de la música; de la memoria rota de la guerra civil española al toro de fuego, los ecos de la Transición y la intentona golpista del 23-F; de las digresiones sobre el mundo virtual de la Red («el planeta en el que todos vivimos ya») a la Red Educativa Global y la nueva megalópolis; de los oníricos periplos del Batíscafo a Tintín y las entrañables utopías decimonónicas; de los misterios de la personalidad a la llegada de los titiriteros y los orígenes del teatro; de los laberintos del tiempo, el amor o la idea de una muerte redentora -como la del rizoma del cementerio de Andana- a la Voz “odiosa e invicta” del Fantasma, que impone o socava identidades desde una «mirada poliédrica” que a todos alcanza…
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Un joven periodista local y novelista en ciernes, Jorge Calomarde, reconstruye trece años después este manuscrito, desaparecido de un juzgado. En una breve introducción donde alude a su incidental trabajo como editor calificará este relato como «curioso y patético», un texto -añade- que «invita a interrogarse una vez más sobre las fronteras que median entre lo real, las fastuosas sinuosidades de la mente y lo fantástico literario, caso de que esas fronteras existan verdaderamente». Y en el epílogo que cierra el libro, anuncia una futura novela y sugiere un ciclo narrativo: Paideia Circus.