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Los paseos de la ciudad de México, Salvador Novo
Libros
Salvador Novo

Los paseos de la ciudad de México

  • Susy Avilacompartió una citael año pasado
    Los últimos rayos del sol, como tomando las últimas copas para irse a dormir de buen humo
  • Susy Avilacompartió una citael año pasado
    Chapultepec al que ya entonces tenía acreditado su nombre de Zócalo
  • Susy Avilacompartió una citael año pasado
    A Maximiliano se le encendió, de pronto, el foco. Trazó con la azul mirada una línea recta de la terraza a la estatua y visualizó una calzada ancha, arbolada, por la cual cabalgar, o recorrerla a bordo de la imperial carroza
  • Diana Ramoscompartió una citael año pasado
    a bordo de un automóvil nos lanzamos con velocidad insensata a simplemente anular distancias, mudar de sitio, «tragar leguas»;
  • Diana Ramoscompartió una citael año pasado
    PASEAR EN COCHE es ya un contrasentido; porque pasear es dar pasos, caminar, «andar a pie»,
  • Susy Avilacompartió una citael año pasado
    a bordo de un automóvil nos lanzamos con velocidad insensata a simplemente anular distancias, mudar de sitio
  • Susy Avilacompartió una citael año pasado
    la abdicación de sus placeres: la renuncia a embonar paso a paso nuestros ritmos internos —circulación, respiración— en los pausados ritmos universales que nos rodean, arrullan, mecen, uncen, sobreviene
  • Susy Avilacompartió una citael año pasado
    PASEAR EN COCHE es ya un contrasentido; porque pasear es dar pasos, caminar, «andar a pie», como con redundancia decimos
  • Nataliacompartió una citahace 4 años
    donde tanto tiempo se celebraron los sorteos de la lotería, y cargaba con él para ir a trasplantarlo en esa especie de remota sucursal de la verdadera, que era la reciente Alameda de Santa María la Ribera.
  • Nataliacompartió una citahace 4 años
    El absurdo y la negación del paseo: la abdicación de sus placeres: la renuncia a embonar paso a paso nuestros ritmos internos —circulación, respiración— en los pausados ritmos universales que nos rodean, arrullan, mecen, uncen, sobreviene cuando a bordo de un automóvil nos lanzamos con velocidad insensata a simplemente anular distancias, mudar de sitio, «tragar leguas»; caer —como del cielo al aterrizar los aviones— en una ciudad o país
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