Boris Pasternak

Días únicos

Avisarme cuando se agregue el libro
Para leer este libro carga un archivo EPUB o FB2 en Bookmate. ¿Cómo puedo cargar un libro?
A Borís Leonídovich Pasternak (Moscú, 1890-Peredelkino, Moscú, 1960), conocido de manera especial por la novela «El Doctor Zhivago», en 1958 le fue concedido el Premio Nobel de literatura, galardón al que renunció para evitar su expulsión de la Unión Soviética. Desde sus primeros escritos su fama como poeta era extraordinaria y su nombre estaba en lo más alto de la poesía soviética, junto a Tsvetáieva o Maiakovski. Pero pronto también se desencantó de las inconsistencias y contradicciones que produjo la Revolución de Octubre y, aunque consiguió sobrevivir a las purgas de Stalin, fue relegado al olvido. La obra de Pasternak es, tanto su novela como su poesía, de las más valoradas y reconocidas por las nuevas generaciones de escritores en Rusia y está considerado como un poeta fundamental.
Este libro no está disponible por el momento.
37 páginas impresas
¿Ya lo leíste? ¿Qué te pareció?
👍👎

Opiniones

  • Javier Barrientoscompartió su opiniónhace 4 años
    👍Me gustó
    💡He aprendido mucho
    💞Romántico

Citas

  • Javier Barrientoscompartió una citahace 4 años
    De los inviernos pasados, los días

    primeros de sol, los recuerdo:

    eran irrepetibles y de nuevo

    y sin final se repetían,

    Poco a poco, en el curso de los años,

    fue completándose la serie

    de esos días únicos, cuando

    nos parece que el tiempo se detiene.
  • Javier Barrientoscompartió una citahace 4 años
    Me ahogo, como una fiera acorralada;

    hay en algún sitio gente, libertad…

    luz; pero tras mí va el ruido de la caza:

    y no puedo dirigirme a ese lugar.

    El bosque umbrío y la orilla del estanque,

    los troncos de los abetos abatidos.

    El camino está cortado en todas partes:

    pase lo que pase, a mí me da lo mismo.

    Y quién sabe de qué crímenes funestos

    soy culpable, yo, asesino, mala bestia.

    Yo hice sólo suspirar al mundo entero

    evocando la belleza de mi tierra.

    Pero incluso así, a las puertas de la tumba

    aún confío en que llegue el día aquel:

    cuando la fuerza del mal y la calumnia

    se derrumbe ante el espíritu del bien.
  • Javier Barrientoscompartió una citahace 4 años
    ahogo, como una fiera acorralada;

    hay en algún sitio gente, libertad…

    luz; pero tras mí va el ruido de la caza:

    y no puedo dirigirme a ese lugar.

    El bosque umbrío y la orilla del estanque,

    los troncos de los abetos abatidos.

    El camino está cortado en todas partes:

    pase lo que pase, a mí me da lo mismo.

    Y quién sabe de qué crímenes funestos

    soy culpable, yo, asesino, mala bestia.

    Yo hice sólo suspirar al mundo entero

    evocando la belleza de mi tierra.

    Pero incluso así, a las puertas de la tumba

    aún confío en que llegue el día aquel:

    cuando la fuerza del mal y la calumnia

    se derrumbe ante el espíritu del bien.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)