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Libros
Meyer Marissa

Heartless

  • Steven Mancompartió una citahace 5 años
    Resulta mucho más sensato dejar que tu belleza interior brille a través de un vestido deslucido que intentar ocultarlo con accesorios materiales.
  • Myrecompartió una citahace 3 años
    –Eso no fue lo que dije –exhaló Cath.

    –Lo sé, pero estoy deseando que haya sido lo que sentiste –él se pasó la lengua por los labios, un movimiento pequeño y cruel que provocó en Cath un cosquilleo en sus propios labios–. No puedo dejar de pensar en ti, Lady Catherine Pinkerton de la Ensenada de la Tortuga de Piedra. Lo he intentado, pero es en vano. Me has cautivado desde la primera vez que te vi en aquel vestido rojo, y no sé qué hacer respecto de ello, salvo emplear todas las habilidades a mi disposición para tratar de cautivarte yo también.
  • b7987207488compartió una citahace 2 años
    –Soy un felino orgulloso, no una bestia de carga.
  • oricompartió una citahace 2 años
    –¡No quiero ser la Reina! Quiero… no lo sé. Si quizás alguna vez me caso, quiero que haya romance y pasión. Y quiero enamorarme –Cath echó un poco de té en una taza, molesta con el temblor de sus manos. Tenía el rostro sonrojado, por hablar del Rey, por las noticias del Jabberwocky.

    Pero más que nada, lo sabía, por el sueño.

    Romance. Pasión. Amor.

    Jamás los había experimentado, pero se imaginó que sentiría lo mismo que en aquel sueño. Como lo que sintió con el Joker, con sus sonrisas imprevistas y sus comentarios ingeniosos. Sentía que podía hablar con él durante horas, días, meses y años, y jamás cansarse de ello.
  • b8418851227compartió una citahace 3 años
    Mi sombrero no es lo único mágico que tengo
  • Carla :Dcompartió una citahace 4 meses
    –¿En qué se parecen un cuervo y un escritorio?

    ENTENDÍ ESA REFERENCIA

  • Victoria Alarconcompartió una citahace 5 meses
    Al volverse en dirección a ella, Catherine se enderezó, y… él ¿le guiñó el ojo?
  • lena8ranwellcompartió una citahace 5 meses
    –Pero queremos que estés segura… completamente segura de que esto es lo que deseas –la mirada del Marqués se tornó cautelosa bajo sus cejas pobladas–. Queremos que seas feliz. Es todo lo que hemos querido siempre. ¿Esto es lo que te hará feliz?

    Cath sostuvo su mirada, sintiendo los pinchazos de las garras de Cuervo sobre el hombro, el peso de los rubíes alrededor del escote, la comezón de las enaguas sobre los muslos.

    –Qué diferente habría sido todo –dijo– si se te hubiera ocurrido preguntarme eso antes.
  • lena8ranwellcompartió una citahace 5 meses
    Por otro lado –prosiguió, su voz tierna y baja–, si decides rechazarlo…

    Cath parpadeó para contener la humedad de sus ojos.

    –Entonces espero que no te ofenda si… –Jest vaciló apenas un instante. Había una nueva tensión en sus hombros, una inesperada inseguridad en la expresión de sus cejas– pasara a verte. O… a tu padre.

    –Mi padre –susurró.

    –¿Crees… que hay alguna esperanza de que tomara en consideración mi solicitud para cortejarte? Con todas las buenas intenciones que un pobre joker como yo pudiera tener.
  • Gerardo Mendoza Sánchezcompartió una citahace 9 meses
    Margaret tenía la gran desgracia de ser insoportablemente fea.

    No era el tipo de fealdad de la oruga que espera convertirse en una hermosa mariposa, sino la fealdad que provocaba un sentimiento de desesperanza en los que la rodeaban. Tenía un mentón afilado; ojos demasiado juntos, eclipsados por una frente que sobresalía, y hombros fornidos y poco elegantes, que se destacaban aún más por vestimentas poco agraciadas. Si no fuera por los vestidos que usaba, Margaret podría confundirse con un muchacho.

    Y uno poco atractivo.
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