Mi nombre es Lucía y todavía no he nacido, aunque me falta bien poco. Durante los nueve meses que llevo dentro de la barriga de mi mamá, la he sentido pasar por muchos estados de ánimo.
Al principio era feliz a ratos, ahí todavía no era yo muy consciente de mi existencia, pero cuando llevaba aquí tres meses, empezó a llorar a todas horas y estaba muy triste. Poco a poco fue pasando y volvió a ser feliz.
Tres meses después, percibí cosas muy interesantes: ilusión, emoción, amor y miedo. Todas me gustaban mucho menos la última y también me encantaba la voz que oía casi a diario desde fuera. Una voz que me daba seguridad, que me transmitía tranquilidad y que me decía que siempre iba a estar ahí.
Hoy estoy enfadada con mamá, así que estoy dispuesta a salir y cantarle las cuarentas.
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