El tao de Wu

Tenía los contratos listos. Dadme cinco años, les dije, y lograré que lleguemos a lo más alto. Fue una larga conversación, cara a cara, de hombre a hombre. Les dije que nadie podía cuestionar mi autoridad, que aquello iba a ser una dictadura. No dije que fuera el tío más duro de la banda, pero si quería lograr lo que tenía en mente, tenía que ser lo que suele llamarse «el líder», porque era el que más sabía. El mejor líder es alguien capaz de servir a los demás: si puedes servir, puedes liderar. Y creo que los otros miembros del Clan supieron ver esa capacidad en mí. Yo era un poco mayor que algunos de ellos. Tenía fama de ser una persona instruida —la más joven en dominar las Ciento Veinte— y siempre me miraban como a un tipo inteligente del barrio que nunca se metía con ellos. En cierto modo, predicaba con el ejemplo. Incluso cuando me dejaba arrastrar por la negatividad, creo que veían que no lo hacía porque la llevara en el corazón, sino por simple desesperación.

Lo que tenemos que aprender a hacer lo aprendemos haciéndolo.

ARISTÓTELES

No reces por cosas materiales. Reza para lograr la armonía con Dios.