Rowland Mallet, una rica licenciada bostoniana y conocedora de arte, visita a su primo Cecilia en Northampton, Massachusetts, antes de partir para Europa. Allí ve una figura griega que él piensa es una obra de arte notable. Cecilia le presenta al escultor local, Roderick Hudson, un joven estudiante de derecho que esculpe en su tiempo libre. Mallet, que ama el arte pero no tiene talento artístico, ve una oportunidad para contribuir: ofrece a Roderick una suma de dinero contra futuras obras que le permitirán a Roderick unirse a él para trasladarse a Italia durante dos años. Mallet cree que en Roma, Roderick estará expuesto al tipo de influencias artísticas que permitirán a su talento natural madurar plenamente. Roderick es galvanizado por la oferta, pero teme la desaprobación de su madre altamente protectora e insta a Mallet a reunirse con ella y tranquilizarla. Mallet lo hace, eventualmente superando las dudas de la mujer. En la reunión, Mallet también se presenta a Mary Garland, un primo pobre distante de los Hudsons que ha estado viviendo con ellos como un compañero a la señora Hudson. Mallet se encuentra inesperadamente atraído por la joven, por su sencillez, su falta de afectación, su honestidad. Durante un picnic de despedida al que asistieron muchos de los amigos y familiares de los Hudsons, Mallet se da cuenta de que se ha enamorado por primera vez en su vida. Pero, debido a su reserva natural y salida inminente durante dos años, no declara sus sentimientos, pero todavía alberga esperanzas de que algo puede venir de la relación.
