Si una mujer de buena familia se ve en la indigencia, había dicho mi tía Adelaida, tiene dos caminos ante ella: uno, el del matrimonio, y el otro, encontrar un trabajo a tono con su distinguida condición. Así comienza la novela en la que, a través de los ojos de Martha Leigh conoceremos la vida de los habitantes de Mount Mellyn, mansión de uno de los hombres más ricos de Cornualles, y también de los más altivos, déspotas y mujeriegos, Conan Tremellyn, quien contrata a Martha como institutriz de su hija. La protagonista, quien ha intentado sin lograrlo encontrar un marido a su gusto, llega a Mellyn dispuesta a dedicarse a la educación de la joven Alvean, quien tras la muerte de su madre, la Señora de Mellyn, en embarazosas circunstancias, se ha convertido en una niña tiránica y maleducada. Martha Leigh llegará a una casa y una región totalmente desconocidas para ella y el mundo que hasta ahora la ha rodeado, para encontrar a un jefe altivo, una díscola discípula, un encantador vecino, Peter Nansellock, y peligrosos misterios por desvelar que atañen a todos los habitantes del lugar y que pondrán en peligro su propia vida.
