El testamento de un escritor de novela negra empuja a su viuda, a su hija y a una antigua novia irlandesa, a la que abandonó sin explicación alguna, a convivir un verano en su casa en la playa junto a un taller de bicicletas. ´Hay novelas que no se pueden contar, ni tan sólo describir, porque sería como explicar un beso antes de darlo. Son novelas que tan sólo se pueden leer o no. Pero es mejor no perder tiempo en darle vueltas, la vida no es para eso´. El autor de ´La lluvia es una canción sin letra´ guardaba con recelo en el cajón esta novela de personajes, corta, intensa y literaria. ´El hombre que arreglaba las bicicletas´ es un verano en algún lugar de nuestro imaginario.