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Giorgio Agamben

En qué punto estamos

«He recopilado estos textos escritos durante los meses del estado de excepción debido a la emergencia sanitaria. Se trata de intervenciones concretas, en ocasiones muy breves, que buscan reflexionar sobre las consecuencias éticas y políticas de la así llamada pandemia y, a la vez, definir la transformación de los paradigmas políticos que las medidas de excepción iban delineando».
Giorgio Agamben
81 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2020
Año de publicación
2020
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Opiniones

  • Sergio Castrocompartió su opiniónhace 2 meses
    👍Me gustó
    🔮Profundo

    De grandes análisis elaborados en medio de las restricciones y el confinamiento provocado por la pandemia, quizás el último capítulo, referido a la naturaleza del miedo, es el más interesante del texto. Sin dejar de lado por supuesto, el interés de Agamben por los margenes del biopoder y una presente tanatopolítica.

Citas

  • Sergio Castrocompartió una citahace 2 meses
    Se ha observado, no sin razón, que la primacía de la angustia respecto del miedo que Heidegger afirma puede ser fácilmente revertida: en vez de definir el miedo como una angustia disminuida y decaída en un objeto, de la misma manera la angustia puede legítimamente definirse como un miedo privado de su objeto. Si al miedo se le quita su objeto, se transforma en angustia. En este sentido, el miedo sería la tonalidad emotiva fundamental, en que el ser humano ya corre siempre el riesgo de caer. De aquí su esencial significado político, que lo constituye como aquello en lo que el poder, al menos a partir de Hobbes, ha buscado su fundamento y su justificación.
  • Sergio Castrocompartió una citahace 2 meses
    La única otra tonalidad emotiva que Heidegger examina en Ser y tiempo es la angustia. A la angustia y no al miedo se le atribuye el rango de tonalidad emotiva fundamental. Y, no obstante, es precisamente en relación con el miedo que Heidegger define su naturaleza, diferenciando ante todo “eso ante lo cual la angustia es angustia de lo que ante lo cual el miedo es miedo” (p. 186). Mientras que el miedo siempre tiene que ver con algo, el “‘ante qué’ de la angustia nunca es un ente intramundano”. La amenaza que aquí se produce no sólo no tiene el carácter de un posible daño activo de una cosa amenazante, sino que “el ‘ante qué’ de la angustia está completamente indeterminado. Esta indeterminación no sólo deja del todo indecidido de qué ente intramundano proviene la amenaza, sino que en efecto significa que, en general, el ente intramundano es ‘irrelevante’” (ibíd.). El “ante qué” de la angustia no es un ente, sino el mundo como tal. La angustia es la apertura originaria del mundo en cuanto mundo (p. 187) y “sólo porque la angustia ya determina siempre de forma latente el ser-en-el-mundo del ser humano, este [...] puede sentir miedo. El miedo es una angustia caída en el mundo, inauténtica y oculta a sí misma (p. 189).
  • Sergio Castrocompartió una citahace 2 meses
    Naturalmente esta amenaza se da en diferentes grados y medidas: si algo amenazante, que se encuentra ante nosotros con su “todavía no, pero sin embargo en cualquier momento” se sume de improviso sobre este ser, el miedo se convierte en espanto [Erschrecken]; si lo amenazante no es ya conocido, pero posee la característica de la extrañeza más profunda, el miedo se vuelve horror [Grauen]. Si lo amenazante une en sí ambos aspectos, entonces el miedo se vuelve terror [Entsetzen]. En cualquier caso, todas las formas diferentes de esta tonalidad emotiva muestran que el ser humano, en su propia apertura al mundo, es constitutivamente “miedoso”.

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