La Mujer Rota

Llamaba serenidad a esta indiferencia; repentinamente, la entendí de otra manera: es una carencia, la pérdida de un sentido; eso me vuelve ciega a las necesidades, a los dolores, a las alegrías de quienes la poseen

mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su ser mismo cuando el amor le es rehusado.

Qué hubiera obtenido de ella? ¿Cómo hubiera soportado su vejez? Mi primer encuentro con la muerte, cómo lloré. Después lloré cada vez menos

Uno se endurece por partes, se pudre en otras, jamás madura

suma, es el mejor período de su vida.

—Seguramente. Es uno de esos casos en que la vejez es una edad feliz: cuando uno ha llevado una vida dura y más o menos devorada por los demás.

Cada año pasa más rápidamente que el precedente. No tenía que esperar tanto antes de dormirme para siempre.

Pero podía colmar ese vacío en mí? ¿En qué estábamos? Y en principio, ¿qué habíamos sido uno para el otro, a lo largo de esta vida que llaman en común?

me arrastrará hasta que me hunda en la muerte. Mi vida se precipita trágicamente. Y no obstante en este momento se desagota con qué lentitud —hora a hora, minuto a minuto

Al galope mis días huyen y en cada uno de ellos languidezco.

Me preguntaba cómo se logra vivir todavía cuando no se espera nada más de sí.