La señora Liu no consentía cobrarle a sus padres por hacer de canguro, porque decía que era la tía de Louie. De pequeño Louie pensaba que lo era de verdad, porque casi se llamaban igual, pero un día su madre le contó que la señora Liu era una tía adoptiva. Igual que la señora Murphy, porque vivían en su casa, aunque el abuelo de Louie no hacía más que insistir en que se mudasen a vivir con él. Sin embargo, la madre de Louie no quería mudarse. Llevaba once años viviendo allí y estaba muy contenta; ¿y para qué querían más sitio? ¿Para tener que pasar el aspirador por otra habitación? Su padre opinaba que tenía muchísima razón.