La poesía haiku es contemplación: retratar con palabras eventos de un paisaje que se aprecia con todos los sentidos. Instantes que conmocionan profundamente y que pueden aparecer una vez en la vida. Tercetos musicales, en ocasiones sencillas descripciones. En definitiva: una extracción poética del paisaje. En este breve tesoro literario, Antolín Martiñón Martínez, como en cuidada jardinería, nos entrega una colección de Haikus que son semillas para admirar la naturaleza, los prodigios del día y el asombro de la vida.