El libro de las lágrimas

La mayor parte del llanto es nocturno. La gente llora de cansancio. Pero qué horrible es oír decir a alguien: «¡Sólo está cansada!». Cansada, sí; pero ¿«sólo»? No hay nada de «sólo» en eso.

Ovidio preferiría que tanto yo como otras mujeres nos contuviésemos:
No hay límite en el arte: en el llanto hay que llorar con
[gracia,

aprender a derramar lágrimas sin perder la compostura.

Ya no necesitamos leña. Es el primer día de la primavera y necesito narcisos pero aún no han florecido

Las lágrimas se comportaron como manda la tradición y cayeron como lluvia sobre la tierra.

los acontecimientos de una vida podrán reducirse a una rauda simetría: caer, llorar, caer. S

Esta transformación ocurrirá, seré madre, una sombra «cien veces más sombra que la sombra que camina y seguirá caminando alegremente por el reloj solar de tu vida»

«He soñado tanto contigo que mis brazos, habituados a cruzarse sobre mi pecho para abrazar tu sombra, quizá no sepan adaptarse a la forma de tu cuerpo»

Me gustaría señalar lo real, revelarlo, crear un poema que no tuviese más sonido que el señalar de un dedo.

Quizá no podemos conocer las verdaderas razones de nuestro llanto. Quizá no lloramos por, sino cerca o alrededor. Quizá todas nuestras explicaciones sean historias concebidas después del hecho. No sólo historias. No diré sólo.

No quiero llorar, pero lloro, o creo que no quiero llorar pero mi parte irracional sí, o quizá, como dicen los libros, estas lágrimas son una forma de comunicación, una instrucción para que el hombre se sienta peor.