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Libros
José Ingenieros

El hombre mediocre

El hombre mediocre está integrado por las lecciones sobre psicología del carácter que dio José Ingenieros en la cátedra de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, durante el año 1910.
En ellas se proponía comprender cómo funcionan las sociedades humanas. Para ello establecía y describía tres tipos o caracteres que según él era posible reconocer en cualquier comunidad de seres humanos:

— el idealista,
— el hombre mediocre
— y el inferior.Ingenieros no ocultaba su admiración hacia el primer tipo pero, más allá de los juicios morales. Hizo el esfuerzo de entender en clave psicológica las particularidades de cada tipo y su función específica en nuestras sociedades. Así, dedicaba una parte importante de El hombre mediocre al segundo tipo, porque él constituye el grueso de las sociedades:
«¿La continuidad de la vida social sería posible sin esa compacta masa de hombres puramente imitativos, capaces de conservar los hábitos rutinarios que la sociedad les transfunde mediante la educación? El mediocre no inventa nada, no crea, no empuja, no rompe, no engendra; pero, en cambio, custodia celosamente la armazón de automatismos y prejuicios y dogmas acumulados durante siglos, defendiendo ese capital común contra la asechanza de los inadaptables. Su rencor a los creadores compénsase por su resistencia a los destructores.»
280 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2010
Año de publicación
2010
Editorial
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Opiniones

  • Axl Mirandacompartió su opiniónhace 3 años
    💡He aprendido mucho

  • Mario Inestrozacompartió su opiniónhace 3 años
    👍Me gustó
    💡He aprendido mucho
    🎯Justo en el blanco

  • Luis Torrescompartió su opiniónhace 4 años
    💡He aprendido mucho
    💤Aburrrriiiido

Citas

  • Luis Torrescompartió una citahace 4 años
    El hipócrita no aspira a ser virtuoso, sino a parecerlo; no admira intrínsecamente la virtud, quiere ser contado entre los virtuosos por las prebendas y honores que tal condición puede reportarle. Faltándole la osadía de practicar el mal, a que está inclinado, conténtase con sugerir que oculta sus virtudes por modestia; pero jamás consigue usar con desenvoltura el antifaz.
  • Luis Torrescompartió una citahace 4 años
    No diremos por eso que el virtuoso es infalible. Pero la virtud implica una capacidad de rectificaciones espontáneas, el reconocimiento leal de los propios errores como una lección para sí mismo y para los demás, la firme rectitud de la conducta ulterior. El que paga una culpa con muchos años de virtud, es como si no hubiera pecado: se purifica. En cambio, el mediocre no reconoce sus yerros ni se avergüenza de ellos, agravándolos con el impudor, subrayándolos con la reincidencia, duplicándolos con el aprovechamiento de los resultados.
  • Luis Torrescompartió una citahace 4 años
    A los que dicen: «no hay tonto malo», podría respondérseles que la incapacidad de mal no es bondad. Aún está por resolverse el antiguo litigio que proponía elegir entre un imbécil bueno y un inteligente malo; pero está seguramente resuelto que la imbecilidad no es una presunción de virtud, ni la inteligencia lo es de perversidad.

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