En contra de mi voluntad. Ana estaba sentada en el jardín de la universidad en donde estudiaba, cuando vio como entraban tres camionetas que se estacionaron frente a ella y descendían varios hombres empuñando armas largas. No necesitó mucho tiempo para darse cuenta de que venían por ella. Vio bajar al sicario, con sus botas de cuero negro, los pantalones de marca, lentes oscuros y escoltado por dos guardaespaldas armados. El hombre caminó directo hacia ella. Ana trató de correr, pero tropezó en su intento, se dio la vuelta para tratar de huir hacia el lado contrario, pero el sicario estaba ya sobre ella, la sujetó por la cintura y la levantó, cargó con ella hasta la camioneta, uno de los escoltas abrió la puerta y la arrojaron dentro. Supo en ese momento que vendrían sucesos muy difíciles y terribles; que necesitaría de toda su fuerza para huir del infierno en el que la obligaron a entrar. Cuando por fin consiguió escapar, la chica busca refugio en una Hacienda adentrada en la sierra, propiedad de Marco, un joven agrónomo que la protege. Ana permanece ahí sin revelar a nadie su pasado ni su procedencia, viviendo con el miedo permanente de que la encuentren y la obliguen a regresar. Mientras, poco a poco, Marco se gana su confianza y su afecto.
