Libros
Emmanuel Carrère

Una semana en la nieve

Nicolas, de ocho años, va a pasar una semana en la nieve. Va a disfrutar, junto con sus compañeros del colegio, de una semana de diversión en una estación de esquí. Es lo que en las escuelas francesas se conoce como semana blanca, que permite que los niños se oxigenen con unas breves vacaciones y rompan por unos días la rutina de las clases. En ese paisaje nevado y gélido, Nicolas conoce a su monitor de esquí y hace un nuevo amigo, el temible Hodkann, el terror de los dormitorios. Pero esos días de diversión tendrán para él mucho de viaje iniciático: el lector no tarda en ir percibiendo que sobre esa semana en la nieve planea una amenaza, un desasosiego difuso, una incertidumbre perturbadora, que se materializará de un modo terrible cuando llega la noticia de que en un pueblo vecino ha sido asesinado un niño… Mezclando la crónica de sucesos, el relato fantástico y el inquietante universo de los cuentos de Perrault o los Grimm, Emmanuel Carrère aborda con sutileza y auténtica maestría literaria los temores infantiles, las inseguridades de una etapa en la vida de una persona en la que los miedos pueden convertirse en pesadillas.
119 páginas impresas
Publicación original
2014
Año de publicación
2014
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Opiniones

  • Daniel Chazaricompartió su opiniónhace 4 años
    👍Me gustó
    💀Espeluznante
    🔮Profundo

    ¡Una historia concisa y devastadora! Carrère nos lleva al borde del suspenso como sólo él lo sabe hacer. El protagonista es un niño, misterioso, introvertido y con una fascinación tremenda por crear historias en su mente. Pronto aprenderá que la realidad siempre supera a la ficción.

  • Sonny Francisco Díaz Calderóncompartió su opiniónhace 5 años
    💀Espeluznante

    ¡Que historia!

  • Mauricio De Martinicompartió su opiniónhace 3 años
    👍Me gustó
    💀Espeluznante
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho
    🎯Justo en el blanco
    🐼Adorable
    💧Prepárate para llorar

Citas

  • Gabriela Perez Vargascompartió una citahace 2 años
    Pero el médico se había negado, asegurando que la estancia le sentaría muy bien.

    En el albergue, aparte de la maestra y del conductor del autocar, responsable asimismo de la cocina, había dos monitores, Patrick y Marie-Ange, quienes, cuando Nicolas se incorporó al grupo, estaban formando equipos para poner la mesa: unos se encargaban de los cubiertos, otros de los platos, y se organizaban así. Patrick era el que le había hablado riendo al padre de Nicolas del esquí sobre hierba. Alto, ancho de hombros, tenía la cara angulosa y curtida, ojos muy azules y el pelo largo recogido en una coleta.
  • Gabriela Perez Vargascompartió una citahace 2 años
    Con todo, observaba que los vínculos más fuertes entre sus compañeros se establecían sobre todo entre las doce y las dos, en el comedor y en el patio cubierto por donde deambulaban después de comer. Durante su ausencia, se habían arrojado petits suisses a la cara, los vigilantes los habían castigado, habían concertado alianzas y cada vez, cuando su madre volvía a llevarlo, era como si hubiese sido nuevo y tuviese que reanudar desde cero las relaciones entabladas por la mañana. Nadie, aparte de él, las recordaba: habían sucedido demasiadas cosas durante las dos horas de comedor.

    Sabía que en el albergue ocurriría l
  • Mauricio De Martinicompartió una citahace 3 años
    Quién, sin saberlo, compartía el silencio y la soledad de aquella noche?

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