«Estos versos surgen del encuentro con el Dios vivo, gracia que se renueva cada día en mi interior en el diálogo de la lectura de la Palabra de Dios y de la oración personal, litúrgica y comunitaria.
No se podrían haber escrito si no hubiera escuchado el eco y visto el esplendor de la Palabra evangélica en innumerables compañeros de camino, de la tierra y del cielo. No tendrían sentido sino para dejar a las puertas de dicho encuentro, ni serán útiles sino a quien se acerque a ellos buscándolo.
Amigo y hermano que los lees, el Señor haga un eco nuevo en tu interior, y su luz se refleje en tu vida de modo singular, irrepetible, para que nos animemos siempre más unos a otros a marchar unidos cantando en los caminos de Jesús» (Walter R. Chiesa).