1:1 En el principio [fue] el aire. Dijo [Dios]: «Exista movimiento». Y el movimiento existió.
1:2 Luego [Dios] creó las alas. Pero las alas no llevaban nada, sino que ellas mismas se dejaban llevar en el vacío. Y dijo [Dios]: «Exista el cuerpo de estas alas». Y así [fue]. Pero el cuerpo no veía nada. Y dijo [Dios]: «Existan los ojos de este cuerpo». Y así [fue].
1:3 Todo lo demás fue dado por el ojo y no había nada que no fuese creado por el ojo. Y deseó el ojo luz y existió la luz. Deseó el firmamento y la tierra y vio firmamento y tierra. Y deseó después seres vivientes, hombres y heces, y vio seres vivientes, hombres y heces. Y dijo [el ojo]: «Esto es bueno», y echó a volar hacia ellos.
1:4 Así [Dios] creó a las moscas a su imagen y semejanza. Y al crearlas, las bendijo así: «Sed fecundas y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre la tierra».