Amado y aborrecido. Pedro Calderón de la Barca
Fragmento de la obra
Jornada primera
Salen por una parte Dante, y por otra Aurelio
Aurelio: ¿Dónde queda el rey?
Dante: Detrás
de esos ribazos le dejo,
en el alcance empeñado
de un jabalí, cuyo riesgo
veloz Aminta su hermana
sigue también.
Aurelio: Según eso,
ocasión será de que
concluyamos nuestro duelo,
con la novedad que está
citado.
Dante: Para ese efecto
esperando estaba a vista
de este edificio soberbio.
Aurelio: Pues llegad; solos estamos.
Dante: ¡Ah del soberano centro
donde aprisionada vive
toda la región del fuego!
Aurelio: ¡Ah de la divina esfera
del Sol más hermoso y bello
que, a pesar de opuestas nubes,
abrasa con sus reflejos!