En el Laboratorio de Retropropulsión creado durante la Segunda Guerra Mundial para que los Estados Unidos iniciaran su carrera espacial, se necesitaban matemáticos con una agilidad mental excepcional. Fue entonces cuando reclutaron a un grupo de élite: 16 mujeres jóvenes, verdaderas computadoras humanas, que con solo lápiz y papel transformaron el diseño de los cohetes gracias a su extraordinaria habilidad.
Cuando el Laboratorio comenzó a ser parte de una nueva agencia llamada NASA, las científicas adscritas al proyecto trabajaron en las primeras sondas espaciales dirigidas a la Luna, Venus y Marte. Y en el momento en que las computadoras digitales comenzaron a remplazar a las computadoras humanas, estas 16 mujeres se convirtieron en las primeras programadoras e ingenieras que hicieron posible lanzar las naves que llegarían a mostrarnos los contornos de nuestro sistema solar.
Nathalia Holt narra por primera vez la historia de este grupo de científicas que definieron el futuro de la exploración espacial, y rescata del anonimato a las mujeres de ciencia que trabajaron para lograrlo.