«Cuando un corazón se rompe, los pedazos nunca vuelven a unirse.»Eso era lo que pensaba, hasta que la conoció. Todos los pedazos de aquella mujer huían en dirección contraria y, aunque debía alegrarse, porque era insoportable, engreída y una auténtica víbora, sentía que el único camino correcto para ella era el que conducía a su hogar.¿Se atrevería a amarla como merecía…?