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Edgar Allan Poe

El gato negro

  • Raymundo Fhoztacompartió una citahace 7 años
    No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano,
  • Paola Gallardocompartió una citahace 6 años
    Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con él.
  • Camilo Lisardacompartió una citahace 7 años
    No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano, una de esas indivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el carácter del hombre… ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo una acción necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía cometerla?
  • Daniela Velasquezcompartió una citahace 5 años
    , no estoy loco, y, con toda seguridad, no sueño. Pero mañana puedo morir y quisiera aliviar hoy mi espíritu
  • Asttleycompartió una citahace 3 años
    La tristeza de mi humor de costumbre se acrecentó hasta hacerme aborrecer a todas las cosas y a la Humanidad entera.
  • Dennise Gonzalezcompartió una citahace 4 años
    De día en día me hice más taciturno, más irritable, más indiferente a los sentimientos ajenos.
  • Orquiiicompartió una citahace 2 años
    en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural.
  • Alma Hebertcompartió una citahace 5 años
    Tan notable era la ternura de mi corazón, que había hecho de mí el juguete de mis amigos.
  • Martin Rodríguezcompartió una citahace 6 años
    horrible armonía que surgiera al unísono de las gargantas de los condenados en sus torturas y de los demonios que gozaban en la condenación.
  • ale1034compartió una citahace 7 años
    Lo ahorqué porque sabía que él me había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con él.
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