Esto es una desgracia. Ni en mis peores pesadillas me podía pasar algo así. Tenía claro que cambiar de empresa iba a ser duro, pero se suponía que, a los seis meses, me iban a dar el puesto de directora y ahora… Ahora me mandan a Londres con el crío ese que no me ha llamado por el nombre, ni una vez, en los cinco meses que llevo trabajando aquí. Catherine y Jake tienen muchas cosas en común: en el ámbito profesional, les encanta su trabajo, son buenos y los dos aspiran a ser directores de Marketing. Pero, en lo personal, son bastante distintos y la guerra fría que mantienen, desde el primer día, puede que haga peligrar el proyecto en el que están obligados a trabajar juntos, o no… ¿Serán capaces de trabajar juntos? ¿Quién se quedará con el puesto?