La propuesta del trabajo de tu hermano y sus compañeros partía del principio de que los paralelos existían y podían, en un evento sexual, cruzarse.
Ceciliuxcompartió una citael año pasado
Hubo una ronda en la que le preguntaron a tu hermano qué era lo que le daba más miedo. Mi madre, dijo.
Ceciliuxcompartió una citael año pasado
Es un peso terrible, la inteligencia.
Ceciliuxcompartió una citael año pasado
Platicamos de las primeras pruebas, las que se hacían con cadáveres. Hablamos sobre las complicaciones éticas.
Ирина Осипенкоcompartió una citahace 2 años
Su busto de mujer grande roza la mesa al momento en que se inclina para alisar la falda y terminar de acomodarse.
Morado, Verde y Rosacompartió una citahace 3 años
claro que para entonces la mayoría de las mujeres de la carrera ya habían desertado y del grupo original quedábamos unos diez. (Sus dedos empiezan a jugar con la orilla de la servilleta.) Hoy la mayoría trabajan como maestros de secundaria, salvo uno o dos que hacen investigación en la UNAM, pero nada relacionado con reactores, ¿eh?
Bonniecompartió una citahace 3 años
Debería soltar el pedazo de pan y detenerlo. Así está bien. Quédate. Recargar la cabeza en su pecho, en una imitación de niña desvalida. Por favor, Gilberto. Lee eso de una vez. Su mano buscándole la nuca, antes de levantar la cara y volver a decir: «Necesito que te quedes». Mientras el Gilberto que lee en el camarote deja un momento el texto y escucha la voz de Sofía la noche después de la apendicitis diciendo: «Necesito que te quedes». Y entiende.
Bonniecompartió una citahace 3 años
Debería estar hundido en el fondo de la alacena. Marcando los minutos mientras él leyera, incómodo, a la luz de la lámpara, bajo el librero donde descansa Borges y su Ficciones, Mary Shelley y su Frankenstein.
Bonniecompartió una citahace 3 años
Quién sabe, dice. Lo que sí me queda claro es que una vieja que no quisiera hacer esto no sugeriría meterle una manguera al compadre de allá atrás.
Bonniecompartió una citahace 3 años
Fricción: su piel y la del cadáver. Sofía se detiene. Ulises... no puedo. Y yo: Voy a prender la luz. Mi dedo en el apagador. Mis ojos buscándolo a él, esperando encontrarlo lejos. Lejos de ella.