Ovnis, del espacio exterior al espacio interior

, no es extraño que nos topemos con alguien que haya tenido un encuentro cercano con ovnis o una abducción y que, tras su insólita vivencia, comience a experimentar un desarrollo de su memoria o de su intelecto, o bien sienta que algunas facultades parapsicológicas como la telepatía o la clarividencia empiezan a manifestársele de forma reiterada

No olvidemos, además, que en muchos encuentros cercanos con ovnis están presentes el factor psi y los estados modificados de conciencia, experimentando el sujeto tras el incidente una inusual actividad paranormal y una sorprendente transformación interior (muy parecida a la que tienen aquellos que han protagonizado una ECM).

es que el fenómeno ovni, tenga o no una base física, ya forma parte de la naturaleza humana, siendo muy posible que esté intentando revelarnos algo no sobre las estrellas, sino sobre nosotros mismos, sobre nuestra propia realidad…

«Todo está unido y a medida que vayamos subiendo de vibración iremos sintiendo el proceso internamente. El cambio se ve ya y es duro, pues será un cambio espiritual. El Sol activará los doce chakras (siete corporales más cinco espirituales). Cuando pase la fase de transmutación planetaria seremos más sensitivos y tendremos la posibilidad de poder comunicarnos fácilmente con seres de otras dimensiones». Julia añade que hay entidades que nos están ayudando a dar ese eventual salto dimensional

El psicólogo Lawrence LeShan sugiere que existen dos realidades: nuestro universo físico, regido por leyes bien definidas, y una realidad paranormal, que no se fundamenta en las leyes normales espacio-temporales. En esa otra realidad podrían existir seres que él denomina «entidades funcionales». Afirma: «No pueden detectarse con ningún tipo de instrumentos, aunque sí se puedan detectar frecuentemente sus efectos. No están limitadas por las leyes “normales” de espacio y tiempo, y con frecuencia pueden, por ejemplo, moverse más rápidamente que la luz».

El investigador mexicano Rubén Manrique dijo: «Las afecciones físicas (o fisiológicas) que trae como consecuencia acercarse a un ovni son diversas. Sabemos que han sido muchas las personas que han sufrido una serie de enfermedades al acercarse a menos de tres metros de una nave, debido a que la tremenda energía que esta desprende puede ocasionar desprendimiento de retina, anemia, leucemia, envenenamiento por radiación de rayos gamma, cáncer en la piel, ceguera temporal y hasta la muerte inmediata».

El tema ovni sufrió un considerable bajón en los años ochenta. Colapsó, quizá, de tanta saturación durante la década anterior. Los casos cayeron en picado, la prensa se volvió apática, muchos grupos se disolvieron y el esperado y programado rescate de los elegidos por parte de los «hermanos cósmicos» no se produjo. Para colmo, algunos casos clásicos fueron desmitificados. Ante tan desolador panorama, muchos ufólogos tomaron derroteros psicosociológicos. Otros se volvieron radicalmente escépticos y se pasaron al bando contrario.