Libros
Daniel Gamper

De qué te ríes

Quien pregunta «¿de qué te ríes?» no suele esperar una respuesta: quiere que alguien deje de reír.

La risa es lenguaje y, como las palabras, puede ser cortés, falsa, amigable, mordaz, insultante y discriminadora. Aunque la educación intente disciplinarla e indicar los modos correctos de su emisión, lo hilarante es indomable porque habla el lenguaje del cuerpo y se desencadena más allá del bien y el mal. El «buen humorista» es más gracioso que el «humorista bueno».

Hoy, las pantallas siembran entretenimiento y cosechan carcajadas. Estas risas masivas, electrónicamente difundidas, son melodías para cualquier ideología: ríen los fascistas y ríen los buenistas. La libertad de expresión es colonizada por lo provocativo y lo abyecto. El pensamiento se hace caricatura y se mercantilizan las bromas.

Daniel Gamper sostiene que los tiempos están maduros para nuevos aguafiestas que pongan palos en las ruedas de la risa. Tras leer este libro no volverás a reír sin antes detenerte a pensar dónde, cómo, cuándo, con quién y por qué lo haces.
168 páginas impresas
Propietario de los derechos de autor
Bookwire
Publicación original
2024
Año de publicación
2024

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Opiniones

  • Aylen Vaca antelocompartió su opiniónhace 3 meses
    👍Me gustó
    💧Prepárate para llorar

Citas

  • Luis F. Guzmáncompartió una citael mes pasado
    Quien emite solo risas éticas es ridículo. Ni la rigidez ni la pesadez ni la regla son amigas de la risa. El nihilista dice que la sonrisa del ángel es un homenaje de la risa a la moral. No hay que buscar tan arriba. Basta ver la sonrisa de quien ayuda a otro y de quien recibe la ayuda. Lo que en ese caso sonríe es la relación.
  • Luis F. Guzmáncompartió una citael mes pasado
    el sujeto y el objeto de la risa no pueden compartirla, ella es el medio en el que se da su relación antagónica.
  • Luis F. Guzmáncompartió una citael mes pasado
    Esta abstención es, digamos así, caritativa (no reír para no herir) o constreñida (no reír para no ser agredido por quien se ha sentido herido). El primer motivo es ético y el segundo, prudencial; el primero es fruto de una decisión libre, el segundo es la obligación que le debemos al que nos apunta con un arma «porque en última instancia la pistola que tiene también es un poder», como escribe Rousseau en el primer libro de El contrato social. En ambos casos, el disimulo de la risa es un aprendizaje necesario para vivir pacíficamente en sociedad.

En las estanterías

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