—, no creo que aprecie mucho que te inmiscuyas en sus asuntos personales.
Lady Eloise frunció los labios en un mohín de disgusto.
—Con los demás ha resultado bien.
—Por supuesto, querida. Los demás se parecen a mí, que soy como arcilla en tus manos, pero Robert es distinto. Se parece más a ti —apostilló.