Lo siento, pero decir que todo se arreglará mientras se continúa sin hacer nada no nos da esperanza. Produce, de hecho, el efecto contrario. Y, a pesar de todo, es exactamente lo que ustedes siguen haciendo. No pueden quedarse de brazos cruzados esperando que llegue la esperanza. Están comportándose como niños malcriados e irresponsables. No parecen comprender que la esperanza es algo que uno se gana. Y si aun así insisten en que estamos «malgastando un valioso tiempo de clase», permítanme que les recuerde que nuestros dirigentes políticos han malgastado décadas con su negación e inactividad.