Quint Buchholz es un pintor, ilustrador y autor alemán que destaca por su trabajo en la ilustración de libros (especialmente infantiles) por el que ha ganado diversos premios. En 1996 su editor envió 46 dibujos del ilustrador alemán a 46 escritores de diversas partes del mundo, la mayoría muy reconocidos, con la encomienda de “ilustrar las imágenes" con sus textos. Todos los dibujos tienen un tema común: los libros.
El objetivo del libro es interesante pues normalmente encontramos el trabajo del ilustrador como secundario en el sentido de que viene después y a partir del texto, en cambio aquí se invierte el proceso. Hay varios relatos interesantes, otros tantos muy cómicos, algunos simples pero poéticos y unos cuantos muy extraños ya sea porque el autor no hace más que describir lo que ve o porque simplemente la narración se siente forzada; justo por esto último es que creo que este libro tiene un mérito experimental ya que pocas veces reparamos en lo difícil que debe ser ilustrar un texto, que no es un trabajo que se limite a la mera y exacta reproducción de una imagen ya dada por las palabras.
Me gustó encontrar, en los relatos de autores que ya he leído antes, su esencia, esa forma de decir que es única en cada uno de ellos y ver cómo está presente a pesar de ser la mayoría de los textos de muy corta extensión.
Simpático
Algunos relatos son memorables, otros no tanto, pero es una excelente forma de celebrar los libros.
Todo esto es tras haber leído esa cantidad. Este párrafo es buenísimo y pesado.