¿Alguna vez se tiene una «relación» con la madre? No. Pienso que no. Lo típico sólo existe en la mente de personas poco reflexivas. Nosotros —mi madre y yo— nunca estuvimos unidos por la culpa o la vergüenza, ni siquiera por el deber. El amor lo cubría todo. Esperamos que este fuera fiable y lo fue. Siempre nos encargamos de decirlo —«Te quiero»— como si, inesperadamente, pudiera llegar un momento en que ella o yo quisiéramos oírlo, o cada uno de nosotros quisiera oírse a sí mismo decirlo al otro, pero por alguna razón no fuera posible.